miércoles, 10 de julio de 2013

LA PLAZAS SIN ALMA.

LA PLAZAS SIN ALMA.

LAS PLAZAS SIN ALMA ,LOS PROBLEMAS QUE GENERAN A LOS VECINOS.



Las quejas de los residentes
El tópico asegura que en la peatonalización de las áreas
urbanas todo son ventajas. Disminuye el riesgo de
atropellos, reduce el nivel de ruido y de contaminación,
además de promover la humanización de la vía pública.
También se benefician los comerciantes, pese a las
incomodidades iniciales por las obras que precisa esta
transformación.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con la
peatonalización o con sus consecuencias. Las calles
peatonales mejoran la calidad de vida de los viandantes,
pero ¿y la de los residentes? Para ellos, surgen inconvenientes
que diluyen la convivencia ‘idílica’ en esas zonas.
Entre los principales, la indisciplina de estacionamiento,
el incumplimiento del horario de carga y descarga, la
supresión de plazas de aparcamiento o el cambio en
la tipología de comercio, que se reduce a negocios de
equipamiento personal, servicios y profesiones liberales,
así como locales de ocio y restauración.
LOS VECIN@S QUE VIVEN EN ESTÁ ZONAS SE QUEJAN:
El incumplimiento del horario de carga y descarga, la
invasión de vehículos fuera del horario autorizado, la
restricción de aparcamientos y el ruido de actividades
comerciales.
Por el momento, la peatonalización tan sólo es una
solución parcial al saneamiento de las ciudades. Las
calles peatonales se encuentran generalmente localizadas
en los centros urbanos, con lo que su funcionalidad
se reduce al turismo y al consumo. Sin embargo, no
solo se camina para ver museos o ir de tiendas.
Con todo, según la información facilitada por los ayuntamientos,
en los barrios de nueva construcción se
aplican, cada vez más, criterios de peatonalización.
¿Un futuro esperanzador?l
Las calles peatonales ejercen de corazón urbano.
Bombean vida, relaciones sociales y comerciales, pero
los ciudadanos y visitantes que las atraviesan no siempre
lo hacen en las mejores condiciones. Suelos mal
pavimentados, suciedad unida a escasez en el número
de papeleras, pocos bancos (o ninguno) en los que hacer
un alto en el camino,  nada de vegetación , escasos árboles , zonas calurosas y muy frias ambientalemente,automóviles que campan a
sus anchas en zonas prohibidas… Carencias todas ellas
que no son teóricas.
Uno de los aspectos característicos de las zonas peatonales urbanas es su condición de eje comercial, lo que
acarrea la necesidad de establecer un horario que delimite las operaciones de carga y descarga de mercancías.
Pese a todo, a veces, las necesidades comerciales chocan con la exigencia de tranquilidad y habitabilidad de los vecinos.
Y es aquí donde entran en juego las ordenanzas municipales que regulan la movilidad y circulación de
las áreas urbanas. Sus principales rasgos son:
Las labores de carga y descarga deben realizarse
dentro de las zonas reservadas por el Ayuntamiento
y durante el horario establecido en la señalización
correspondiente. No podrán permanecer
estacionados en las zonas habilitadas para carga y
descarga aquellos vehículos que no estén realizando
dicha actividad.
Las zonas reservadas para carga y descarga se
reservan a vehículos destinados al transporte de
mercancías rotulados como tales y cuya capacidad
máxima de carga útil no exceda de 3.500 kilogramos.
Aunque, excepcionalmente, también pueden
utilizarlas turismos y sus derivados (aún sin rotular)
para cargar o descargar enseres u otros objetos,
siempre que esté presente el conductor y que dichas
operaciones no excedan de 15 minutos.
Las mercancías se cargarán y descargarán por el
lado del vehículo más cercano a la acera, utilizando
el personal y medios necesarios y suficientes para
agilizar la operación.
Las mercancías o materiales que sean objeto de
carga y descarga no se dejarán en la vía pública,
sino que se trasladarán directamente del inmueble
al vehículo o viceversa (salvo casos excepcionales).
La carga y descarga debe realizarse procurando
evitar ruidos y molestias innecesarias.
La mayoría de las ordenanzas inciden en que
no se puede sobrepasar un tiempo máximo de
30 minutos.
Se procurará no perturbar la circulación tanto de
peatones como de otros vehículos. Si se genera
riesgo para los peatones o vehículos, se deberá
acordonar debidamente la zona mientras se realice
la carga y descarga.
La carga y descarga de piedras, maderas, hierros u
otros efectos de peso no puede realizarse de golpe,
sino que debe ponerse el mayor cuidado posible
para evitar deterioros en el pavimento..

PLANETA VERDE ALCORCÓN

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